No es adorno ni para colgar: el lazo trasero de tus zapatillas revela un truco que muchos ignoran

No es adorno ni para colgar: el lazo trasero de tus zapatillas revela un truco que muchos ignoran

Una pequeña tira en tus zapatillas puede ahorrarte tirones, roces y hasta tiempo.

Esa pieza, cosida en el talón, no está ahí por estética. Nació para ayudarte a calzarte mejor y proteger el talón. Hoy regresa al primer plano porque millones de personas siguen sin aprovecharla.

Qué es y para qué sirve de verdad

El lazo o tirador trasero es una cinta cosida en la parte alta del talón. Está pensada para guiar el pie en la entrada del calzado. Reduce la fricción, evita deformar la talonera y agiliza cada puesta.

Usarlo bien disminuye roces en el talón, previene que el contrafuerte se hunda y alarga la vida de tus zapatillas.

La pieza fue adoptada por marcas deportivas por su utilidad. Permite calzarse sin forzar la zona del talón, algo clave si haces deporte, tienes prisa o sufres molestias lumbares.

Quién lo agradece más

  • Personas con movilidad reducida: menos flexión de espalda y menos esfuerzo al calzarse.
  • Deportistas: cambio rápido entre entrenamientos y menor desgaste del calzado.
  • Niños: referencia clara para “tirar y entrar” sin chafar la zapatilla.
  • Usuarios con lesión o dolor en talón de Aquiles: menos maniobras y menos fricción.

Cómo usarlo paso a paso para que funcione

  • Afloja los cordones hasta liberar el empeine.
  • Introduce la punta del pie y apoya suavemente el talón sobre el borde.
  • Tira del lazo trasero con la mano contraria al pie que te calzas, en línea con el eje del talón.
  • Desliza el pie hasta el fondo sin “pisar” la talonera.
  • Ajusta cordones y comprueba que el talón no baila.
  • No cuelgues las zapatillas de ese lazo durante horas. No está diseñado para soportar peso continuo.

    Materiales y lo que puedes esperar de cada uno

    No todos los tiradores son iguales. Cambia el material, la anchura y la costura. Eso afecta la durabilidad, el tacto y el mantenimiento.

    Material Ventajas Riesgos Cuidado
    Tela (algodón o poliéster) Ligera, flexible, agradable al tacto Se deshilacha si hay tirones bruscos Lavado suave, secado al aire
    Cuero (genuino o sintético) Resistente y estable Puede endurecerse con el tiempo Crema hidratante o toallita específica
    Tela acolchada Más confort al talón al calzar Volumen extra en zapatillas ajustadas Secado completo para evitar humedad
    Goma o TPU Soporta tirones y es fácil de limpiar Menos agradable al tacto en frío Pañuelo húmedo y jabón neutro

    Errores frecuentes que te cuestan rozaduras

    • Tirar hacia arriba con fuerza y en ángulo. Resultado: puntadas forzadas y talonera doblada.
    • Calzarte sin aflojar cordones. Resultado: fricción innecesaria en el talón.
    • Usarlo para colgar las zapatillas en la mochila durante todo el día. Resultado: costuras fatigadas.
    • Agarrarlo con uñas o llaves. Resultado: cortes en la cinta.

    ¿Ajusta el pie o es solo un tirador?

    Su objetivo principal es ayudar a calzarte. También puede colaborar en la sujeción porque te permite asentar bien el talón antes de tensar cordones. Si notas que el pie “baila”, revisa la talla y juega con el atado del cuello del tobillo.

    Un truco útil con los cordones

    Si tu talón se mueve al correr, utiliza el último ojal para crear un bucle y aplicar un atado de bloqueo. El tirador te ayudará a sentar el talón antes de tensar ese bloqueo. Ganas estabilidad y reduces ampollas.

    Qué pasa en botas de montaña y calzado técnico

    En trekking o montaña, el tirador suele ser más ancho y resistente. Permite calzarte con calcetines gruesos y con barro alrededor. También sirve como punto de apoyo al quitar las botas con las manos mojadas o con guantes.

    Cuidados que prolongan la vida del tirador

    • Evita tirones secos. Tira alineado con el talón y con cordones flojos.
    • Limpia según el material para que no se endurezca.
    • Si asoma un hilo, corta y sella con cuidado en materiales sintéticos.
    • Repara con una puntada reforzada tipo “bar-tack” si se suelta.

    ¿Se puede reparar o sustituir?

    Sí. Un zapatero puede coser de nuevo el tirador. En muchos modelos basta con sustituir la cinta por otra similar. Una alternativa casera es instalar un cordón de paracord con nudo plano, siempre que se proteja la costura interior para que no roce el talón.

    Por qué algunas zapatillas no lo llevan

    Modelos urbanos o formales priorizan una silueta limpia. En esos casos, el contrafuerte suele ser más rígido o la boca del calzado más abierta. Si te cuesta calzarte, valora una calzadera y abre más los cordones. El objetivo es el mismo: evitar deformar el talón y reducir fricción.

    Cuándo usarlo y cuándo no

    • Úsalo cada vez que te calces para proteger la talonera.
    • No lo uses como asa para transportar las zapatillas durante trayectos largos.
    • Evita engancharlo a mosquetones finos que puedan cortarlo.

    Pequeñas decisiones que te afectan como usuario

    Si sueles sufrir ampollas en el talón, combina el uso del tirador con calcetines técnicos y un atado de bloqueo. Si notas rigidez en la zona, busca modelos con tirador acolchado o más largo. Si te cuesta agacharte, coloca un calzador largo junto a la puerta y deja los cordones preparados en el último uso.

    Información práctica extra para tu día a día

    • Comodidad: un tirador bien diseñado reduce el tiempo de calzarse y el número de intentos.
    • Durabilidad: evitar hundir la talonera alarga la vida de la espuma y del contrafuerte.
    • Higiene: si limpias el tirador, reduces la transferencia de barro al forro interior.
    • Seguridad: en niños, el gesto de tirar del lazo evita que metan dedos entre plantilla y talón.

    Si te estás planteando comprar zapatillas nuevas, prueba el tirador en tienda. Mete el pie, tira y comprueba si la cinta ofrece sujeción sin clavarse en la mano. Repite con el otro pie y con calcetines de uso real. Si el gesto fluye, esa zapatilla te pondrá la rutina más fácil.

    Para quienes corren o caminan mucho, conviene revisar el tirador tras los primeros 100 kilómetros. Busca puntadas flojas, hilos sueltos o desgarros. Un arreglo a tiempo evita que la costura se abra y salve el talón del zapato.

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