Si pasas frío en casa, estos 3 gestos avalados por la ciencia te ahorran hasta 640 euros al año

Si pasas frío en casa, estos 3 gestos avalados por la ciencia te ahorran hasta 640 euros al año

Muchas casas buscan calor sin enchufar más aparatos ni gastar.

El frío aprieta y el bolsillo se resiente. La OCU sitúa el gasto medio anual en calefacción en 640 euros por hogar. La fisiología humana y la eficiencia energética ofrecen atajos sencillos para ganar confort sin subir el termostato. Tres gestos respaldados por estudios, sumados a pequeños ajustes en la vivienda, marcan la diferencia este invierno.

Qué dice la ciencia sobre el frío en casa

El cuerpo mantiene la temperatura interna cerca de 37 ºC. Lo hace regulando el flujo sanguíneo, el metabolismo y el reflejo de tiritar. Ante el frío reduce el riego en la piel y concentra calor en el tronco. Por eso manos y pies pueden sentirse helados sin que baje la temperatura central.

La ropa, el movimiento y la gestión del aire interior cambian la sensación térmica. La vivienda también cuenta: aislamientos, infiltraciones y humedad relativa condicionan cuánto calor retenemos y cuánto se nos escapa por rendijas.

El confort no depende solo del radiador: la combinación de capas, actividad ligera y control del aire interior multiplica el calor útil.

Tres gestos que calientan sin encender más la calefacción

Vestirse por capas finas

Varias capas ligeras crean cámaras de aire que frenan la pérdida de calor. Un tejido interior que evacúe sudor, otro aislante y una capa exterior que corte el viento funcionan mejor que una sola prenda gruesa.

Evita algodones que se empapan y enfrían. Elige lana, mezcla sintética o térmicos transpirables. En casa, calcetines gruesos y zapatillas cerradas reducen la sensación de suelo frío.

La capa exterior debe resistir corrientes y humedad: el aire en movimiento acelera la pérdida de calor corporal.

Proteger la cabeza

La cabeza no es el principal escape de calor, pero sí influye en la percepción térmica. Un gorro fino o una capucha estabilizan la señal que recibe el cerebro y reducen el tiritar. El cuerpo interpreta un entorno más benigno y baja la exigencia metabólica.

Activarse cada hora

El músculo genera calor. Dos o tres minutos de movimiento cada hora bastan para elevar el calor producido por el cuerpo. Subir escaleras, hacer estiramientos dinámicos o ponerse con tareas domésticas activa la circulación.

Quedarse inmóvil enfría. Un pequeño bloque de actividad antes de sentarse a trabajar o ver una serie mejora la sensación térmica durante un buen rato.

Mitos que no te ayudarán

  • Comer “más fuerte”: las calorías extra no se convierten de inmediato en calor útil. Pueden añadir somnolencia y digestiones pesadas.
  • Alcohol para “entrar en calor”: dilata los vasos de la piel, induce una falsa sensación cálida y acelera la pérdida de calor.
  • Ventanas entreabiertas todo el día: ventilan, pero también vacían la casa de calor. Mejor ventilación corta e intensa.

El alcohol enfría la superficie corporal y eleva el riesgo de hipotermia. No ayuda a pasar mejor el frío.

Lo que sí funciona en tu vivienda

El calor que se paga debe quedarse dentro. Pequeñas intervenciones de bajo coste sellan fugas y ordenan el aire caliente donde lo necesitas.

Medida Coste orientativo Impacto Tiempo
Burletes en puertas y ventanas 5–20 € Alto en estancias con corrientes 10–30 min
Cortinas gruesas y persianas bajadas de noche 20–60 € Medio/alto en fachadas frías Inmediato
Panel reflectante detrás del radiador 10–30 € Medio en muros exteriores 20 min
Purgar radiadores 0–10 € Medio, distribuye mejor el calor 15 min
Alfombras en suelos fríos 30–80 € Confort inmediato en pies Inmediato
Ventilador de techo en modo invierno 0 € si ya lo tienes Medio, baja el aire caliente del techo 1 min
Higrómetro para controlar humedad 10–20 € Mejora la sensación térmica Inmediato
Programador o termostato sencillo 20–60 € Ahorro por horarios 30–40 min

Ventilar sin perder calor

El aire se renueva y el hogar se calienta mejor cuando hay oxígeno suficiente y humedad controlada. Busca una humedad relativa entre el 40% y el 60%. Por debajo reseca; por encima condensa en cristales y paredes frías.

Ventila por choque: abre de par en par durante 5–10 minutos con corriente cruzada. Se renueva el aire sin enfriar muros ni muebles. Evita rendijas abiertas durante horas. Si cocinas o te duchas, evacúa vapor de inmediato para prevenir moho.

Plan de horarios y temperaturas de referencia

Las temperaturas de consigna marcan el gasto. Muchas guías de eficiencia recomiendan 19–21 ºC en las zonas de día y 17–18 ºC al dormir. Personas mayores o bebés pueden necesitar un punto más, siempre vigilando la humedad.

  • Mañanas: ventilar, cerrar después y bajar persianas en la fachada de sombra.
  • Tarde: cortinas cerradas y alfombras en contacto con suelos de baldosa.
  • Noche: puertas de estancias frías cerradas, corrientes bloqueadas con burletes o toalleros.
  • Termostato: programa encendidos cortos antes de llegar a casa. Evita mantener 24/7 la misma temperatura.

La OCU sitúa el gasto medio en 640 euros al año. Cada grado menos y cada rendija sellada mueven esa cifra en tu favor.

Checklist exprés de 5 minutos

  • Purgar radiadores hasta que salga solo agua, sin aire.
  • Poner tope o burlete en la puerta exterior si hay luz en el marco.
  • Bajar persianas al anochecer y cerrar cortinas térmicas.
  • Gorro fino y calcetines gruesos si estás quieto trabajando.
  • Dos minutos de sentadillas y estiramientos cada hora.

Datos útiles para ahorrar sin pasar frío

Un termómetro e higrómetro económicos orientan decisiones diarias. Si el salón está a 20 ºC con 50% de humedad, la mayoría de personas siente confort con ropa de casa y una manta ligera. Si baja a 35% de humedad, la sensación de frío aumenta aunque la temperatura sea la misma.

Varias agencias energéticas europeas estiman que reducir 1 ºC la consigna puede recortar en torno a un 7% el consumo de calefacción. Con un gasto anual de 640 euros, un grado menos rondaría 45 euros de ahorro. Sumar burletes y gestión de horarios añade otro pellizco sin perder bienestar.

Riesgos a vigilar y cuándo pedir ayuda

Manos y pies fríos de forma persistente pueden indicar problemas circulatorios o de tiroides. Sensación de somnolencia extrema en ambientes fríos requiere atención. Manchas negras o vaho constante en cristales apuntan a humedad elevada: conviene revisar ventilación y posibles puentes térmicos.

Si una habitación no calienta pese a radiadores muy calientes, puede existir aire atrapado o un desequilibrio hidráulico. Un técnico puede ajustar caudales o revisar la caldera. Un mantenimiento anual evita averías en pleno invierno y mejora el rendimiento.

Un ejemplo realista para tu casa

Vivienda de 80 m², gasto anual de 640 euros. Acciones: burletes en dos ventanas y la puerta (30 euros), paneles reflectantes tras dos radiadores (20 euros), cortinas cerradas al anochecer, ventilación por choque, capas de ropa y gorro fino al teletrabajar. Resultado esperable: menos corrientes en el salón, mejor reparto del calor y menor sensación de pies fríos. Con una consigna de 20 ºC en horario de tarde y 17 ºC de noche, el confort aumenta y la factura deja de subir semana a semana.

La clave está en sumar pequeños cambios. El cuerpo aporta calor con movimiento y ropa adecuada. La casa lo conserva con sellado, hábitos y control de la humedad. Ese tándem reduce el gasto y evita pasar frío sin encender más.

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